#stopviolenciaobstétrica
Escucho muchas formas de violencia entorno a la maternidad, el embarazo y el parto. Y lo peor es que muchas mujeres no son capaces de reconocer que han sido víctimas de alguna forma de violencia, se sienten mal por dentro y ese dolor se queda ahí a vivir. Pero en los últimos años ha habido un gran cambio: que hemos alzado las voces y nos atrevemos a hablar de ello y a expresarlo, nos atrevemos a nombrarlo, aunque como dice Jesusa Ricoy en su video, molesta.
Si, molesta la palabra violencia en nuestra sociedad, molesta nombrar y reconocer que hay violencia en los paritorios y en las consultas, de momento abunda más eso de: “va no será para tanto mujer”, “bueno ya tienes a tu bebé céntrate en esto”, …. vaya, he leído en foros entre mujeres cosas peores, descalificar el sentimiento de otra mujer, rebajar la importancia que tiene para otra mujer la experiencia de un parto traumático, intentar acallar ese sentimiento, por qué? porque molesta! porque quizás vaya a despertar en otros algún sentimiento parecido. Por qué nos podemos quedar de brazos cruzados aceptando que esto sucede en nuestra vida actual?
En mi siempre ha habido las ganas de ser madre, en mi siempre ha habido las ganas de conocerme como mujer. Y me costó lo mío encontrar un camino! Pero me sumergí en los grupo con mujeres, soy profesora de yoga especializada en mujer, embarazo y crianza y soy DOULA, me he ido transformando con el tiempo en feminista y soy incapaz de entender porque otra mujer que se dedica a la obstetricia es capaz de hacer daño a otra mujer y no se ha convertido en feminista. Después de oír historias y más historias personales sobre: comentarios de profesionales tratando a la mujer como niña y sin criterio ni sentimientos, oír humillaciones mientras dan a luz las mujeres, oír personal sanitario dando información caducada que ves que está destruyendo un parto, una mujer y la lactancia… después de todo esto no puedo no ser feminista!
A día de hoy, mi manera de enfocarlo es que las mujeres perdimos nuestro identidad y que tenemos que habitar de nuevo nuestro cuerpo de mujer, que nos brinda un gran abanico de placer, y muchas maneras de vivir, maneras que no están despiertas en nosotras mismas. El hecho de que “nos hagan” daño en los partos lo tenemos que empezar a cambiar NOSOTRAS, no podemos permitir que “nos hagan” daño. ¿donde nos hemos ido que no conocemos ni nuestro propio cuerpo? Por qué vivimos una vida masculina cuando somos femeninas?
Creo que la figura de la doula, que mucho tiene que ver con todo esto, apareció con tanta fuerza y de la nada porque hemos sido mujeres que hemos contactado con la maternidad y hemos visto que algunos mensajes y prácticas de los profesionales en torno a la maternidad son un sin fin de despropósitos. Creo que no sabíamos lo que es un parto y no nos lo contaban en “la preparación al parto”, solo nos contaban lo que podía suceder en un parto hospitalario, o sea, la explicación de cómo dejarse caer en sus manos, como si la mujer no tuviera opinión ni capacidad de decidir. Las doulas nos hemos hecho un sitio porque a una misma o a otra mujer le han dicho cosas como: “no sabes empujar” estando totalmente anestesiada de cintura para abajo, dejando a esa mujer pensando: “yo no se empujar así que no sirvo para esto, no podré con otro parto”. Nos hemos hecho doulas porque nos han dicho como criar a nuestros hijos: que darle la teta es matar de hambre a tu hijo. Nos hemos hecho doulas, aunque hoy en día te miren mal si dices que lo eres y muchas han dejado de llamarselo a sí mismas, porque hemos escuchado a mujeres rotas por dentro, rotas por fuera de dolor por alguna maniobra fuera de lugar, por algún comentario humillante.
Y la figura de la doula tiene que ver con todo esto porque aparece cuando las mujeres nos organizamos en grupos para hablar sobre la forma de parir, la crianza, la lactancia… Las doulas aparecemos cuando hay grupos de crianza donde se crea el espacio para hablar del daño que sentimos respecto a nuestro parto, aparecemos cuando nos damos permiso para decidir sobre como queremos parir, como queremos criar, como queremos amamantar…. Así nos empoderamos algunas mujeres para mejorar nuestras maternidades.
Evidentemente no solo han sido las doulas, han sido también y antes grandes profesionales de la salud que están en su lugar y han transmitido su fuerza de mujer, respeto hacia todas y pasión por su trabajo en el que son muy competentes. También otras mujeres no del ámbito de la salud ni doulas que han contactado con su feminidad y han alzado sus voces para reclamar nuestra liberad de parir y criar como deseamos.
No puedo entender que una mujer estudie una profesión para ayudar a mujeres y acabe manipulándola, hiriéndola, menospreciándola. Tu que tienes periné, como eres capaz de dañar ese periné? Tu que has estado embarazada y has parido: como no empatizas con la mujer que está pariendo? como no entiendes sus tiempos, sus miedos?
Qué es violencia obstérica?
-Pues que te digan que tu pelvis es pequeña y no podrá dar a luz a su hijo, sin haber hecho ningún estudio y mandarte a cesárea.
-Que te pongan alguna substancia sin tu permiso.
-Que te hagan maniobras sin tu permiso.
-Que te hagan maniobras NO recomendadas, como el Kristeller.
-Que te infantilicen, en el sentido que te traten como si no tuvieras opinión, ni capacidad de decidir.
-Que no te informen de lo que te está pasando o lo que te van hacer.
-Que te humillen
-Que no respeten tus decisiones.
-Que te traten mal, sin respeto.
-Etc.
Ibone Olza en su artículo sobre el tema, “Las secuelas de la violencia obstétrica”, explica su punto de vista, nos aporta también información sobre lo que sufre el personal sanitario en el área de la obstetricia y nos da la definición de violencia obstétrica:
“…El primer país que ha reconocido la violencia obstétrica como concepto legal ha sido Venezuela. En la Ley Orgánica sobre el Derecho de las mujeres a una vida libre de violencia publicada el 19 de marzo de 2007 se define como violencia obstétrica: “La apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por prestadores de salud, que se expresa en un trato jerárquico deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres” (Perez D’Gregorio, 2010). En el artículo 51 de dicha ley se detalla que se considerarán actos constitutivos de violencia obstétrica: 1) No atender oportuna y eficazmente las emergencias obstétricas. 2) Obligar a la mujer a parir en posición supina y con las piernas levantadas, existiendo los medios necesarios para la realización del parto vertical. 3) Obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su madre sin causa médica justificada, negándole la posibilidad de cargarlo o cargarla y amamantarlo o amamantarla inmediatamente al nacer. 4) Alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer. 5) Practicar el parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para el parto natural, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer (Perez D’Gregorio, 2010)…”
La revolución de las rosas es el día 25 de noviembre, el mismo día que se denuncia la violencia hacia las mujeres, y es un movimiento que nace para visibilizar y denunciar la violencia obstéctrica, Jesusa Ricoy fue la impulsora del movimiento en 2011.
Anna Santos 2016