REFLEXIÓN Y OBSERVACIÓN DE NUESTRO CUERPO FEMENINO
¿SABES QUE TAMAÑO TIENEN LOS OVARIOS?, ¿son como los testículos de los hombres?, ¿cambian de tamaño según la etapa vital en la que te encuentras?
En el grupo de yoga para la mujer propuse un ejercicio de ovarios, al acabar la clase comentábamos cada una la sensación que habíamos tenido, nos enredamos a hablar del tema: que si los ovarios son grandes como los testículos, que si son pequeños, duros, blandos, son como un huevo duro, como una pelota de ping pong, alguna risa suelta… vaya que disfrutamos un montón.
Reflexión sobre el tema: no tenemos ni idea de nuestro cuerpo, por eso para mi este grupo es como un laboratorio, reflexionamos, aprendemos un montón la una de la otra, hacemos yoga desde nuestro cuerpo femenino.. ME ENCANTA, ESTOY DISFRUTANDO MUCHO!
Bueno, pues una de estas hermosas mujeres ha mirado y aporta: que los ovarios son del tamaño de una almendra o «aceituna griega», a nuestra edad más o menos de unos 3cm, en la pubertad y en la menopausia +/- 1 cm… que bueno cuando nuestra psique pone tamaño, forma, color, peso… a una parte interna de nuestro cuerpo! una metáfora más que nos acerca a nosotras mismas. Gracias mujeres hermosas!
A menudo en la practica de yoga introduzco el trabajo visceral. Trabajamos un órgano con la respiración, con el movimiento, sentir el peso, llevamos la mirada hacia lo más íntimo, visualizamos ese órgano pero desde una mirada auténtica, o sea, sin tener en cuenta lo que hemos visto anteriormente o lo que nos han contado de ese órgano, sino como tu lo ves en ese momento…
En esta ocasión propuse un trabajo de Yuki con los ovarios. Les pregunté a las mujeres qué podían contar de ese ejercicio, como lo habían vivido: charlando salieron cosas muy interesantes, entre otras quiero comentar una especialmente porque de un modo sencillo explica la importancia y la nutrición de este trabajo, si más no, explica la intención. La mujer que había parido hacía apenas unos meses no sentía ni veía sus ovarios durante el ejercicio, sin embargo, visualizó su matriz muy grande. Esto me dio que pensar, y me reconocí en esa imagen, hace casi tres años parí a mi hijo pequeño y es justo ahora cuando yo también visualizo mi matriz pequeñita y escondida en la pelvis menor, antes también la visualizaba grande y expandida. Para mi es significativo, refleja nuestra psique y nuestro estado maternando. En el embarazo la matriz se expande muchísimo, es el órgano por excelencia de la mujer que más se expande en la vida de alguien. Cuando acabas de parir tu matriz vuelve a su lugar en poco días, pero tu aún te sientes expandida, sosteniendo y acogiendo en el nido. Sin embargo no sientes la fertilidad pulsátil de la vida gritando en tu interior: -¡quiero volver a reproducir vida!-, ni sientes las ganas de gestar, los ovarios están en otro plano.
Evidentemente hay ovarios y así lo entiende el mundo racional, pero desde el mundo de la sensibilidad, de la escucha del cuerpo, la psique y el alma hay otro lenguaje poco presente en el día a día o en la sociedad, pero es un dialogo que nos puede aportar mucho a cada una, el cómo estás y donde estás tu en ese instante, conocernos un poco más y así entendernos más . – no es que no tengas ovarios, es que la vida en ese momento está dando más lugar a lo que sería la matriz creativa y acogedora, puesto que ésta se ha multiplicado durante la gestación y ha expresado su tremenda fuerza en el parto, y el bebé sigue necesitando de la madre ese tipo de nutrición recibida en el útero. Los ovarios han estado más inactivos y menos protagonistas durante el embarazo, en el posparto tu energía esta en la crianza, protección y nutrición del bebé y no tanto en la energía reproductiva en si.
Esto explica muy bien como trabajo yo en parte con el yoga. La unión. Tu misma unión contigo misma, tu cuerpo te habla de ti, de tu psique, de tu alma. Los ejercicios y los movimientos nos ayudan a comprendernos. Es un trabajo con las metáforas. La interpretación de las propias imágenes debe ser íntima e individual, que cada una interpreta si quiere y como quiere. Y entender los tiempos de cada una, no se acaba el posparto en la cuarentena se acaba cuando tu lo sientes, y lo sientes a través del cuerpo y de este diálogo.
Dejo unas reseñas más sobre los ovarios, esta vez de la mano de Cristine Northrup, ginecóloga y escritora, que tiene una mirada muy integradora del cuerpo de la mujer, un libro que cayó en mis manos hará muchos años y que siempre está ahí cerca para consultar.
Libro: “CUERPO DE MUJER, SABIDURÍA DE MUJER”. Dra. Christine Northrup pág. 277-
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“7 Los Ovarios.
[…] ella canta inspirada en el conocimiento de los ovarios, conocimiento que le viene de lo más profundo del cuerpo, de lo más profundo de la mente, de lo más profundo del alma. Clarissa Pinkola Estes.
Desde el punto de vista de la medicina energética, los ovarios son el equivalente femenino de los testículos masculinos. Se pueden considerar como los “cojones femeninos”, porque representan exactamente eso mismo en el mundo…
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La sabiduría ovárica representa nuestra creatividad más profunda, ésa que espera nacer de nuestro interior, ésa que sólo puede nacer a través de nosotras, de nuestra capacidad creativa única, sobre todo en cuanto se relaciona con lo que creamos en mundo exterior. Biológicamente, cuando una mujer ovula, el óvulo atrae hacia él al espermatozoide enviándole una señal. El óvulo atrae se limita a esperar que llegue el espermatozoide, no lo busca activamente. La creación biológica resultante, un bebé, tiene su propia vida y su propia conciencia conectadas a las de su madre, pero también separadas de ellas….
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Anatomía
Los ovarios son esos órganos pequeños, de forma oval y color perla, situados debajo de las trompas de Falopio, uno a cada lado del útero. Producen los óvulos (u ovocitos). La mujer tiene en sus ovarios el mayor número de óvulos que va a tener jamás, alrededor de 20 millones, cuando es un feto de 20 semanas en el vientre de su madre. Si bien a partir de ese momento comienzan a disminuir los óvulos, todas las mujeres continúan teniendo muchos más óvulos de los que van a necesitar jamás.
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Los ovarios producen óvulos alrededor de una vez al mes a partir de los 14 o 15 años, a veces antes, a veces después. A partir de la primera menstruación, la ovulación tarda dos o tres años en regularizarse, así como a partir de la menopausia tarda unos años en acabar completamente. Dado que la ovulación siempre produce un pequeño quiste en el ovario, es muy común que los ovarios tengan pequeñas zonas quísticas, que son el resultado de nuevos óvulos en desarrollo o de ovulaciones que ya se han producido. Cuando el óvulo comienza a desarrollarse cada mes, a su alrededor se forma una zona o vesícula llena de líquido nutritivo, que lo envuelve o aísla del resto del ovario. Esta zona llena de líquido, llamada “quiste”, es fisiológica y totalmente normal, hecho que muchas mujeres no comprenden. En la ovulación, cuando se expulsa el óvulo y este es cogido por la trompa de Falopio, el quiste se rompe, como parte del proceso ovulatorio, y el líquido que lo rodea, llamado “líquido folicular”, es también liberado en la cavidad pelviana junto con el óvulo.
Después de la ovulación, en el espacio donde está el óvulo, comienza a desarrollarse otra zona quística llamada “cuerpo lúteo” [cuerpo amarillo], que comienza a secretar progesterona. El cuerpo lúteo es finalmente reabsorbido por el ovario. Con frecuencia ocurre que comienza el proceso de desarrollo del óvulo y se forma un pequeño quiste, pero no se produce la ovulación en ese determinado sitio. En ese caso va a quedar allí el pequeño quiste por un tiempo. Dado este proceso mensual de desarrollo ovular y formación de quiste, es perfectamente normal que una mujer tenga pequeños quistes ováricos llenos de líquido en casi cualquier momento a lo largo de toda su vida reproductiva. De hecho, casi siempre hay pequeños quistes en los ovarios.
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Durante todo el ciclo vital, los ovarios también producen hormonas, entre ellas el estrógeno, la progesterona y los andrógenos, aunque la cantidad que producen cambia (y no necesariamente para disminuir) según la edad de la mujer. Antes se creía que los andrógenos, tipo de hormona relacionadas con la libido, eran producidos casi totalmente por las suprarrenales, que son las glándulas endocrinas situadas encima de los riñones. Pero diversos estudios realizados durante los últimos 20 años han establecido que, tanto antes de la menopausia como después, los ovarios producen una importante cantidad de andrógenos, tal vez hasta un 50 por ciento de la provisión total del cuerpo.
Estaba extendida la idea de que los ovarios quedan esencialmente inactivos después de que la mujer deja de menstruar, pero en la actualidad se está revaluando su papel en la segunda mitad de la vida. Ahora sabemos que no deben extirparse quirúrgicamente los ovarios, porque conservan su capacidad para producir hormonas esteroides durante varios decenios después de la menopausia. Partes de los ovarios sí comienzan a reducirse de tamaño pasados los 30 años, y sí pierden masa con más rapidez a partir de los 45 más o menos, pero no son las masas de tejido fibroso inerte que se creían que eran.
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Hasta hace bastante poco, la menopausia se ha estudiado principalmente como una “enfermedad carencial”. Dada esta actitud cultural hacia la menopausia, los científicos han estudiado este proceso natural solamente para descubrir lo que falta. Si ideáramos estudios de mujeres posmenopáusicas en los que se partiera de la base de que los ovarios son activos y útiles, probablemente descubriríamos cada vez más cosas acerca del papel de los ovarios en el mantenimiento de un equilibrio normal de nuestro cuerpo con el paso del tiempo. ¡La verdad es que los ovarios son órganos dinámicos que forman parte de la sabiduría de nuestro cuerpo durante toda la vida, no algo inútil o potencialmente dañino para nosotras una vez que hemos pasado los cuarenta!
Algunas tradiciones antiguas apoyan esta visión. En las culturas taoístas, se cree que los ovarios contienen grandes cantidades de la fuerza vital que produce energía sexual constantemente. Se puede aprender los ejercicios especiales de “respiración ovárica” para liberar la energía vital que producen y “almacenan” los ovarios con el fin de revitalizar los demás órganos del cuerpo, mientras la persona logra un estado superior de conciencia. La energía sexual ovárica se convierte así en chi (energía vital) y shen (energía espiritual).
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