Esta semana he vivido una experiencia muy hermosa, el claro ejemplo de que doulas y comadronas desde el respeto trabajan juntas para el bienestar y crecimiento de las familias, proporcionando apoyo y ayuda.
Estoy acompañando una familia durante su proceso de la maternidad, mi servicio incluye comunicación 24h por móvil.
Ellos se han preparado mucho para tener la mejor vivencia posible de su proceso. Han buscado toda la información que necesitaban y han ido tomando sus decisiones, la verdad es que como estaban muy informados eran decisiones muy conscientes. Decidieron dar a luz en un hospital privado, y durante el embarazo realizaron una lista de dudas y preferencias, un plan de parto, que consultaron con su ginecóloga, para saber si realmente ese hospital respetaría sus preferencias y si estaba acorde con lo que deseaban para que les ayudaran al máximo para cumplir sus objetivos..
Pues a través del whatsapp me escribe el papá que ha roto aguas y que las ven manchadas pero que no les queda claro y que no hay contracciones. Yo vi la foto, y no quedaba claro, pero es que tampoco era de mi competencia decidir si lo eran o no. Ellos querían estar el máximo tiempo posible en casa, en su intimidad, a su ritmo hasta que sintieran la necesidad de ir al hospital, pero esa manera de empezar les creaba dudas, si eran aguas limpias querían esperar tranquilamente, pero ¿si eran manchadas? ¡se despiertan muchas dudas!¿estará bien el bebé? ¿me espero o voy? es difícil tomar decisiones si no hay la información necesaria para tomar estas decisiones. Desde una postura muy positiva, porque era señal que el bebé se acercaba y desde la calma que precisa un parto, les recordé la posibilidad de que llamaran a su ginecóloga y le preguntaran a ella… solo colgar el teléfono, me di cuenta de que lo más probable era que les iban a decir que fuesen al Hospital… y ellos querían estar el máximo de tiempo posible en casa!! he escuchado las referencias de este hospital concreto por foros y mamás que han ido, pintaba que les aconsejarían ingreso. Entonces pensé en Imma Sàrries, una comadrona de partos en casa, con experiencia en hospitales que sé que está muy implicada en que la familias tengan la mejor vivencia de sus partos, y que sigan siendo responsables de sus decisiones. Le pregunté si le podía mandar una foto, que había dudas de si eran manchadas o no. Hablamos por teléfono y la situé, ella me abrazó con sus palabras, me transmitió tranquilidad – no eres tu quien tiene que decidir si son aguas manchadas o no, por la foto creo que no son manchadas…- y se ofreció a venir y ver como estaba la situación, siempre y cuando la familia estuviera de acuerdo con su visita.
La familia sintió que eso era de gran ayuda. A los 20 minutos las dos estábamos en la puerta de su casa.
Nos abrió la puerta la mamá, que estaba tremendamente hermosa! rebosaba maternidad, y esa sensualidad que desprende una mamá esperando a su bebé! Imma, con una energía, muy dulce y muy segura de si misma, cercana y amable, se presentó, le pregunto por la toalla manchada y todos nos fuimos al baño.
La comadrona se agacho, olió, miro y escuchó a la pareja. De una manera muy fluida le iba indicando cosas para que hiciera la mamá mientras explicaba porqué lo hacía y que obtenía. Escuchó al bebé, que estaba perfecto, y nos dijo: vamos al sofá.
Allí sentados, con las persianas bajadas y una luz tenue, explicó lo que había visto: son aguas, no son manchadas, has expulsado el tapón mucoso, el bebé está muy bien. Y les contó las opciones y las estadísticas de su caso: el 60% de las mujeres que rompen aguas, sin contracciones, dan a luz dentro de las siguientes 48h. El otro 20% dentro de las 72h y el 20% restantes no lo sabemos porque han sido intervenidas. Dentro de todas las opciones había: si vais ahora al hospital lo más probable es que hagan un tacto, con lo que con bolsa rota hay un muy alto riesgo de infección, con lo que os inducirán el parto poniendo medicación. Les contó que podían y que no podían hacer, por ejemplo: podía tomar una ducha, pero no un baño; podían tener relaciones sexuales y sensuales para activar la oxitocina, pero no podía haber penetración… Vaya, de una manera muy clara, sensible y amable les informó. Para mi, lo más grande fue como aquella pareja pudo tomar su decisión! sus caras estaban relajadas y confiadas, era su decisión, estaban siendo responsables de su parto de una manera muy clara! Que maravilla! Se sentían arropados por la doula desde su lugar y por la comadrona, que maravilloso acompañamiento! Todo en su lugar, padres informados tomando decisiones, doula abrazando la maternidad junto con una comadrona diagnosticando, analizando, escuchando y abrazando la maternidad. Una visita corta, sencilla pero muy efectiva.
Su decisión fue quedarse en casa. Y al cabo de muy poco, después que la mamá se echara una siesta empezaron las contracciones… pero este es otro relato. Lo que si quiero mencionar es que horas más tarde, una vez hospitalizados, esta pareja vivió unas cuantas decepciones, cosas muy sencillas que pidieron pero que no fueron ni escuchadas ni arropadas, por ejemplo: el papá me mando una foto de él mismo vestido de quirófano preparado para entrar junto a su mujer y darle todo su amor mientras su hija nacía, y al cabo de unos minutos me contó que no le dejaron entrar, esto dolió, dolió mucho… La mamá no pudo hacer el piel con piel inmediato pero lo hizo papá.
Luego subieron a la habitación a la mamá junto a la niña pero no avisaron al padre, con lo cual se quedaron una hora separados, sin teléfono, sin poderse comunicar con nadie, justo cuando más necesitaban estar los tres juntos abrazando el nacimiento.
Anna Santos Octubre ‘14