Have no body
Have no mind
Have no spirit
I’m just the breath of God,
the breath of live,
breat of live,
breath of God…
Yogui Bhajan.
No tengo cuerpo
No tengo mente
No tengo espíritu
Yo sólo Soy el aliento de Dios,
el aliento de la vida,
aliento de vida,
aliento de Dios…
Yogui Bhajan.
Mientras doy la clase de yoga para la mujer, trabajando la pelvis, su movimiento, su expansión, su creatividad, nuestra identidad, suena la voz de Yogui Bhajan, inspiradora y penetrante que contiene tanta verdad… y entonces me pregunto ¿si no soy cuerpo, no soy mente, no soy espíritu, sólo soy el aliento de la vida…, porque tengo tanta necesidad de re-conocer mi cuerpo femenino y mi esencia femenina?
Por que nos la robaron, nos la quitamos, la perdimos… estoy aquí en la tierra, con mi cuerpo de mujer, CÍCLICO (en mayúsculas y resaltado porque algunos niegan que las mujeres somos cíclicas), he sido madre y he descubierto mi pelvis, y practiqué yoga desde pequeña y me faltaba algo, ese algo pasa por volver a conectar con mi cuerpo de mujer, para por supuesto luego poder desprenderme de él.
Dentro del marco del yoga, que es donde actualmente yo me despliego, siento, veo, reconozco que hay días que prefiero no hacer determinada postura o quizás hacerla de otra manera, que mi flexibilidad varia en relación a mi ciclo, que hay días en que esa otra postura de resistencia con la que tanto me tiembla el cuerpo soy capaz de hacerla sin que me tiemble y conecto con una fuerza infinita y descubro que esto tiene que ver con el momento del ciclo en el que me encuentro.
Claro que la mente también influye, en todos y todas! Vivir esta vida con ciclos sanos sin dolor y conociendo si estoy en los días fértiles o conectada con las necesidades y ritmos propios, es un camino de vuelta a conocer quien soy.
Compartir con otras mujeres la relación entre cómo sentimos nuestra sexualidad y la fertilidad que es cíclica y también ver que hay muchos factores que influyen en ella.
Cada vez que aprendo algo de feminidad, cuerpo de mujer, embarazos, partos, lactancia … crezco, me acerco más a mi, me comprendo más y algo muy importante: me acerco más al hombre, lo comprendo más, me reconforta.
Y a la vez libero mi cuerpo y mi energía, que comparto con los que están en mi…
Necesito volver a saber quien soy aquí y saber que es y como es mi ciclo, mi cuerpo para volver al aliento en el que ya estoy.
No es solamente antiguo lo de anular a la mujer o marginarla, existe un neologismo: “feminicidio” que dicen: te mato por ser mujer. Este es el extremo y la inercia de muchas vidas, de muchas realidades y de muchos años vividos, siglos, pero aquí en una sociedad con la puerta abierta a la información y la escolarización resulta que tampoco conocemos ni respetamos las particularidades del cuerpo de mujer.
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Anna Santos